Comencemos por el recorrido de los rodajes más violentos que hayan ocurrido a lo largo de la historia del cine.
El exorcista. Es la película maldita por excelencia, ya que son varias las muertes relacionadas con ella. Ya en el primer día de rodaje, a la misma hora, muere el abuelo de Linda Blair (la niña que hacía de Reagan), el hermano de Max Von Sydow (el anciano que encarnaba al padre Merrin) y el hijo del regidor de la película con tan sólo un día de vida.
Más tarde se van a Irak a rodar las escenas del principio de la película. Allí se incendia tres veces el estudio de la Warner por motivos desconocidos y mueren misteriosamente cuatro trabajadores contratados para la filmación. Obligan a un cura a bendecir el lugar.
Jack McGugan, el que hacía de director de cine y que se tuvo que ir de la fiesta porque se emborrachó, murió de un ataque de corazón en pleno rodaje. Tuvieron que cambiar el guión por completo haciendo que el actor muriese también en la película cayéndose del cuarto de la poseída. A Jason Miller (el padre Karras), lo que le ocurre es que muere su hijo atropellado por un camión, también en pleno rodaje de “El Exorcista”. En el año del 2004, cuando estrenan “El Comienzo”, la cuarta parte, éste cae fulminado de un ataque al corazón.
El 2 de abril de 1975, deciden llevar la película al Teatro de la Comedia de Londres. La actriz que hizo de niña poseída (Mary Ure) murió poco después de realizar la primera función. Se la encontró cruzada de brazos, llena de vómitos, y en la cama tumbada.
Pero esto no acaba aquí, porque la cuarta película la iba a hacer otro director que murió también en pleno rodaje de “El Comienzo”. Con el nuevo director empieza el rodaje y a los pocos meses, a éste, le pilla un camión, pero, afortunadamente, no muere. La última muerte la protagoniza el compositor que iba a realizar la banda sonora de esta última película.
El bebé de Rosemary. La película que tuvo como protagonista a Mila Farrow y fue dirigida por Roman Polanski en 1968, cuenta la historia de una mujer embarazada acosada por una secta diabólica de la que forma parte su propio esposo y y como resultado la joven da a luz a un hijo del Diablo, tema bastante espinoso de filmar y que pudo haber traído la desgracia para las personas involucradas en el proyecto.
Uno de los ectores de esta película, Anton la Vey fundó lo que él llamó “La iglesia de Satán”, en la cual participaron con el tiempo muchas personas relacionadas con el mundo del cine, curiosamente el papel que interpretó en la cinta fue el de un sacerdote satánico. Jayne Mansfield, actriz también participante en la cinta, murió después de ser maldecida por practicar incorrectamente un ritual dentro de una iglesia.
Pero el hecho más notorio y sangriento relacionado con este film fue el que le ocurrió a la mismísima esposa del director Polanski: Sharon Tate, quien estaba embarazada cuando fue atacada en su residencia por el llamado “Clan Manson” y asesinada en un ritual en el que se escribieron en las paredes consignas satánicas con la sangre de las víctimas. Tanto Mason, como sus seguidores dijeron recibir órdenes de de su dios diabólico para asesinar a la esposa del director.
Para completar la relación con lo diabólico, recordemos que algunas escenas fueron rodadas en el edificio Dakota, en el centro de Nueva York; donde años antes había vivido genio del cine de terror el actor Boris Karloff, de quien se dice había pactos con el diablo en su departamento del infame inmueble. También hay que recordar que a las puertas del edificio fue asesinado uno de los grandes defensores de la paz, John Lennon, y que su asesino dijo haber recibido “órdenes mentales” del mismísimo diablo.
Poltergeist. Película rodada por Tobe Hopper en 1982 y producida por Steven Spielberg cuenta en su haber muchísimos hechos trágicos y se considera como una de las cintas más maldecidas de toda la historia del cine.
El mismo año de su realización Dominique Dunne, actriz que interpretaba a la hermana mayor de Carol Anne, fue asesinada por su novio. Esta fue la primera muerte relacionada con esta cinta, muchos sucesos extraños se dieron durante la filmación como incendios, piezas del set que se perdían o un ambiente de nerviosismo que se contagiaba a toda la producción.
Brian Gibson, no obstante las advertencias de una supuesta maldición, filmó una segunda parte en 1986. Tras finalizarse las últimas tomas, dos actores del elenco murieron repentinamente, Julian Beck (el maléfico sacerdote) de una desconocida afección estomacal y Will Sampson (el curandero) de un cáncer muy agresivo.
Todas estas historias pueden ser coincidencia o no, pero de lo que sí estamos seguros es que ocurrieron y forman parte de todos esos sucesos desconocidos que ocurren detrás de una cámara.
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